sábado, 14 de septiembre de 2013

¿SABES DIFERENCIAR LA EDAD CRONÓLOGICA DE LA EDAD CRÓNICA?


Hace un par de días conversando con mi amiga, le hice la pregunta del título de mi blog y me di con la sorpresa que no tenía tan claro los dos conceptos, es por ello que decidí plasmar la diferencia por este medio, ya que puede haber muchas personas que también se encuentren en la misma situación.
Es crucial saber distinguir estos dos términos. Esta distinción se resume en que la edad cronológica no se corresponde con la edad biológica:



Edad cronológica. Es la edad del individuo en función del tiempo transcurrido desde el nacimiento. Es por tanto la edad en años. Es un criterio administrativo de gran importancia que marca hechos trascendentales en nuestra vida como pueda ser la jubilación. Tiene por tanto un valor social o legal más que biológico. El tiempo en sí no tiene ningún efecto biológico sino mas bien los cambios ocurren en el tiempo.

Edad biológica. Es la que se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos comparados con patrones estándar para una edad. Es por tanto un concepto fisiológico. Su conocimiento sería más informativo sobre nuestro envejecimiento real.

Es fácil entender, cuando vemos a alguien que parece más joven de lo que realmente es por su edad cronológica, que el envejecimiento no es el mismo para todos. Tiene distinto ritmo en unos individuos y otros. Es más, cada uno de nuestros tejidos, órganos y sistemas envejecen a ritmo diferente en cada uno de nosotros. Esto hace que nuestra edad biológica solo podría entenderse como un promedio de cada uno de estos elementos. Esta heterogeneidad, incluso en un solo individuo, hace muy difícil la medición de la edad biológica. En el hombre no se han encontrado una o unas pocas mediciones biológicas que supongan una medición fiable que vaya a predecir nuestro propio ritmo de envejecer.

Es quizás aún más interesante desde el punto de vista del médico geriatra definir una tercera edad en el hombre como
es la edad funcional. 

Se define como la capacidad para mantener los roles personales y la integración del individuo en la comunidad, para lo cual es necesario mantener unos niveles razonables de capacidad física y mental. Es esta edad la que puede definir una calidad de vida satisfactoria y por tanto un envejecer con éxito. El geriatra debe acercarse a conocer esta edad funcional en la valoración de las capacidades del anciano.


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